Hola a todos, bienvenidos a una nueva entrada del blog de Cabalgandes, y hoy tiene como título El Lenguaje Equino.
En una pasada entrada de este blog, titulada "Una Gran Compañia", hacíamos mención de que analizar el lenguaje corporal de los caballos daba para hacer una nueva entrada estudiando estos comportamientos de nuestros fieles amigos para poder mejorar nuestra comunicación con ellos. Es todo un arte que merece ser tocado y analizado por quienes amamos estos nobles animales.
Es necesario identificar y aprender a leer los gestos y los movimientos que hacen los caballos para así evitar posibles desencuentros que hayan entre jinetes o cuidadores y los animales. Por ejemplo, cuando un caballo está tenso, comineza a dar fuertes golpes, a tener movimientos rápidos, empieza a moverse en todas las direcciones sin detenerse. En cambio, cuando está tranquilo y manso, sus movimientos son suaves y manejables.
Otros signos visuales como los movimientos de la cabeza, la cola o el cuello, suelen ser instrumentos de acompañamiento de los caballos para saber que algo les está pasando o algo están sintiendo. Los movimientos verticales de cabeza es un signo claro. Cuando esto pasa es que hay una aproximación entre individuos. Y cuando el caballo hace movimientos horizontales, hacia la derecha o hacia la izquierda, suele ser que hay un malestar del animal, asociadas especialmente en la forma en la que los animales están siendo tratados en los establos.
Imaginemos ahora la cara del caballo y sus gesticulaciones. Estas varían principalmente por el movimiento de las orejas y de los ojos. Observarlas, le da al jinete y al cuidador una lectura de lo que pasa con el caballo o lo que está queriendo decir.
Cuando el caballo está cansado, entrecierra los ojos, mantiene la cabeza caída, tiene el cuello estirado y un cuerpo en general muy relajado.
Cuando el caballo quiere poner atención en algo, tiene tensión en el cuello y labios, los ojos están muy abiertos y las orejas tensas. Sí el cuello está elevado con la cabeza flexionada, está buscando mantener distancia con el objeto de interés. Por otra parte, cuando el cuello y la cabeza están estirados es porque sienten curiosidad.
Sí el caballo siente placer, relajan completamente su cuerpo, en especial cuando lo acarician constantemente. Tienen los ojos medio cerrados, puede tener el cuello estirado o girandolo en expresión de placer. Y sobretodo, la respiración se vuelve lenta.
Cuando el caballo está atento a una situación que lo pueda tensionar, el caballo tiene sus ojos muy abiertos, con su boca, cuellos y cuerpo en general muy tensionados.
Cuando el caballo siente que va a ser víctima de una agresión, este se caracteriza por las orejas reclinadas atrás pegadas de las cabeza, los ollares de la nariz están completamente dilatados y los músculos están contraídos. Y cuando ya es extrema la amenaza, el caballo intenta morder o patear hacia atrás.
El movimiento de la cola también es importante. Por lo general se pueden interpretar como parte de los movimientos corporales, sin embargo estas pueden tener una connotación sexual en el caso de las yeguas, para informar que está en celo. En este caso, la cola está erecta y ladeada. Cuando se nota la excitación del caballo, la cola se eleva formando un arco. Cuando hay alguna clase de agresión, la cola se tensa. Y cuando el caballo muestra sumisión, la cola se pega a las nalgas.
Es importante también analizar las emociones y la percepción que tiene el caballo por su entorno. Los caballos ven los objetos que los rodea como objetos reales, no como una proyección. Los caballos suelen asustarse cuando ven una sombra y sienten miedo en los lugares oscuros. Deben acostumbrarse a la presencia del ser humano para que no tengan miedo. Igualmente se pueden asustar con los ruidos fuertes, los reflejos brillantes y el silbido fuerte del viento. La curiosidad del caballo deriva del impulso a explorar el entorno con el fin de buscar siempre agua, alimentos, compañeros o protección, así como la de detectar posibles peligros que los asechen. Los caballos por eso suelen dormir de pie, porque como son animales que son presa en su estado salvaje, tienen que estar listos a emprende la huida de sus posibles cazadores, lo que estimula por lo general su sistema nervioso.
Actualmente, la relación de los seres humanos con los caballos ha sido de mutua cooperación y de mejoramiento, sin embargo hay gente que todavía cree que hay una relación dominante sobre los caballos. Pero la sociabilidad que estos animales tienen, requieren alguna interacción de sus iguales, en especial en los tiempos de desarrollo. Sí el ser humano pudiera entender y aplicar las reglas naturales de su conducta, daría como resultado un animal perfectamente listo para cooperar con el ser humano, se lograría tener una relación armoniosa y se conseguirían unos réditos económicos y emocionales muy importantes.
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Nos vemos en el camino.
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