Hola a todos, bienvenidos a una nueva entrada en el blog de Cabalgandes, y hoy en este especial de festivo tendremos un invitado muy especial: Incitato, un Caballo como cónsul.
El emperador Caligula fue uno de los emperadores romanos con peor fama. Era conocido por su carácter errático y déspota, y que finalmente lo llevó a ser asesinado. Tras su muerte se escribieron muchas historias sobre sus locuras y sus caprichos. Una de las más famosas, según las fuentes romanas, sería su intención de convertir a un caballo en su cónsul, una de los máximos entes romanos.
El animal en cuestión se llamaba Incitato. Este era el caballo preferido del emperador, por el que sentía una verdadera devoción por él. Este caballo tomaba parte de las carreras de los caballos, incluso, Calígula dormía a su lado la noche anterior a una competición para que descanse bien y además se decretaba un silencio general en la Roma ruidosa. De incumplir esto, podía ser sentenciado a la pena de muerte. Era tal la idolatría de Calígula a este caballo, que en la única ocasión en la que Incitato perdió una carrera, Calígula ordenó ejecutar al conductor del carro lo más lentamente posible para alargar su sufrimiento.
El historiador Don Casio hacía una descripción de alguno de los lujos de los que disfrutaba el animal, como una alimentación a base de copos de avena, marisco y pollo. También, el caballo tenía a su disposición toda una villa de sirvientes exclusivamente a su cuidado. Vivía en unas caballerizas de mármol con pesebres de marfil. En ocasiones, el caballo comía en la misma mesa que el emperador y cuando este hacía brindis en su honor, los demás comensales debían seguirle el juego, de lo contrario acabarían muertos. Su pareja habría sido una yegua de nombre Penélope, y había sido elegida por Calígula como esposa de su amado caballo.
Incitato incluso llegó a formar parte de la mesa donde comía su dueño. La verosimilitud de la historia presentada por los biógrafos clásicos es generalmente cuestionada por los historiadores actuales. La naturaleza extravagante de la historia servía para hacer su obra más interesante, lo cual les ganó los lectores adicionales.
El emperador amaba a su caballo, con la misma intensidad que despreciaba a los senadores romanos, a los que mostraba su desdén en cada ocasión que podía. En muchas ocasiones, Calígula anunció su intención de nombrar a Incitato Sacerdote y cónsul, solo para ridiculizar a los senadores y mostrarles que su papel y dignidad le importaban bien poco, y que un caballo podía desempeñar perfectamente las mismas funciones que ellos.
Actualmente, se duda de la veracidad de esta anécdota, aunque también hay algunos que lo han tratado de disfrazar de broma, ya que Caligula tenía un extraño sentido del humor, y que la hubieran tomado en serio ya que el emperador era famoso por su carácter extravagante y esta historia encajaba con su personalidad. Fuera cierto o no, no tuvo tiempo de poner en práctica estos planes, ya que fue asesinado por su propia guardia instigada por algunos senadores.
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