Hola a todos, bienvenidos a una nueva entrada en el blog de Cabalgandes, hoy dedicada al Desarrollo de un Caballo durante su madurez y su longevidad.
Es inevitable. El tiempo nunca frena, sigue avanzando y el desarrollo de los seres vivos alcanza una cumbre y de ahí empieza a descender. Como lo vimos en las primeras entradas de nuestro blog dedicadas al origen y al crecimiento del caballo, la madurez y el ocaso en la vida del caballo son inevitables y esto tiene que pasar de manera digna y segura para el caballo como para su amo.
El mejor tiempo en la vida de un caballo está entre los 12 y los 16 años. En este momento es donde el caballo alcanza su madurez y empieza a perder facultades físicas y a exigir un cuidado especial a la hora de alimentarse y de hacer sus actividades físicas adecuadas para su edad. En libertad, un caballo puede llegar a vivir unos 25 años, aunque con los debidos cuidados el caballo puede alcanzar los 30 o 35 años. Un factor preponderante es es la raza y su tamaño, ya que los caballos grandes suelen vivir menos que los pequeños; por ejemplo, un pony Shetland puede llegar a vivir mucho más tiempo que un caballo de sangre caliente.
La mejor edad para montar a caballo depende de diversas variables. El mejor provecho de un caballo se encuentra entre los 12 y los 16 años. Superada la edad de madurez del caballo, se puede dar que el proceso de envejecimiento de un caballo no es el mismo que en otros animales. Como sucede con los humanos, el caballo demuestra su avanzada edad por el número de canas en su pelaje. Pero este no es el único, ya que por la edad, se pueden presentar cambios de componente psicológico y físico.
En el tema psicológico, se puede destacar el cambio en su comportamiento y personalidad, ya que con la edad se vuelven mucho menos nerviosos y más abiertos. Aunque el caballo desarrolla su personalidad hasta los 10 años, debido a las vivencias que ha tenido el caballo a su vejez puede desarrollar un sentido de tranquilidad y serenidad que los puede volver confiables a su entorno. Aunque se vuelven mucho más asustadizos debido a su pérdida de visión y de oido.
Igualmente, si los caballos saben que tienen ciertas limitaciones físicas, estos se pueden volver conscientes de que ya no reaccionan con la misma velocidad de antes y van generando mucho más dudas. Asimismo, los caballos pueden volverse mucho más tozudos y tercos, pero también se debe a sus mismos cambios físicos en su entorno. Les cuesta mucho más adaptarse a un nuevo entorno y no toleran tanto el estrés que antes si soportaban con mayor facilidad.
El proceso de envejecimiento de los caballos puede hacerse más lento, en una medida del 20 o 30% dependiendo del material genético del material. Otro problema es el sobrepeso que el caballo va adquiriendo, ya que este afecta de manera negativa la estructura muscular del caballo, obligando que el caballo sea sometido a una dieta muy estricta. Además que este problema puede verse retratado en que el caballo puede disminuir su producción de glóbulos rojos y blancos, exponiéndolos a futuras infecciones.
La dentadura de los caballos es un punto a mirar. La dentadura est{a sometida a un contínuo desgaste a lo largo de su vida. Esto se traduce en la aparición de una masticación deficiente a medida de que va creciendo. Igualmente aparece una dismunción en la motilidad intestinal de retener el alimento y desciende el número de encimas digestivas, lo que hace que el caballo no aproveche todos los nutrientes de los alimentos y favorezca la aparición de cólicos y de desequilibrios alimenticios.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los tendones desarrollan su máxima resistencia hasta los 2 años. Esto hace que el caballo empiece a requerir un calentamiento previo antes de inicar cualquier actividad física con el objetivo de prevenir lesiones, siempre teniendo en cuenta que los caballos mayores pierden masa muscular y que se necesita proteger adecuadamente las articulaciones. La pérdida de elasticidad hace que el caballo no soporte como debe las sobrecargas, y que los síntomas de cansancio aparezcan más rápidamente, siedo aconsejable la reducción de cargas de trabajo para los animales.
Muchos propietarios y cuidadores de caballos tienen la costumbre que tras el ejercicio bañan al caballo con agua. Esto con caballos mayores puede que no sea tan bueno para estos. Se podría ejecutar esta maniobra pero con precauciones. Los caballos viejos también suelen perder mucha grasa corporal, lo que significa que su capacidad de regular su temperatura se va perdiendo a lo largo de los años, lo que significa que puede perder mucha facilidad para perder temperatura y enfriarse, y también no puede evitar que el caballo se recaliente cuando es sometido a sobreesfuerzos o que no pueda permanecer al sol durante largo tiempo.
Un dato curioso: Se tiene registro que el caballo más longevo fue un caballo llamado "Viejo Billy", que fue un caballo que vivió hasta los 62 años en el siglo XIX. Ya en la era moderna, el Guinness Records registra como el caballo más viejo a un caballo llamado Puff, que murió en el 2007 a la edad de 56 años.
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Nos vemos en el camino.
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